sábado, 10 de diciembre de 2011

Diciembre, maldito Diciembre...

Hace ya tiempo que no escribía, y es que no me he sentido con ánimo, y os preguntareis ¿Y como se puede tener ánimo a la 1 y media de la madrugada? Pues se tiene, al menos en mi caso me pasa eso...

Diciembre, maldito y estúpido diciembre, es una fecha en la que todo el mundo corre de aquí a allí, todo el ambiente está cargado de estrés, desde los estudiantes con el fin de los exámenes y las calificaciones finales, hasta las personas más retardadas comprando los regalos de navidad...
Salgo a la calle y está todo lleno de gente, y por un momento pienso que me gustaría estar sola, andar por donde quisiera, pero vuelvo a este maldito mundo, ¿como no? chocándome con un tío disfrazado de Santa
Claus con cara de pocos amigos.
Navidad es un invento, un invento de los centros comerciales para ganar dinero con algún producto caro, un invento para que las familias separadas se sientan solas y peor aún de estarlo, un invento para pasarlo mal por personas que formaron parte de tú vida y ya no están contigo
Para mayor comodidad llueve, diciembre lluvioso, en el que salir a la calle quiere decir, coger paraguas, bufanda, guantes y demás artilugios para combatir el frío.
Los anuncios navideños, para las más pequeñas de la casa la barbie patinadora, veterinaria, embarazada, buscando a su príncipe azul, y por ultimo casándose con el y teniendo mil hijos. Normal que esté el país como está y las niñas se queden embarazadas a los 14 años, cuando ya han tenido tropecientos novios, y le dan ya besos en la boca y todo, son to malas. Todo es basura. Para ellos, para los terremotos, el Super-avión que descarga misiles, que también a su vez es submarino y con el puedes matar a 20 tíos de un disparo, o el action man que va de caza con su perro olfateador y al final del día llega a su casa con su bella esposa, la que le ha preparado un gran banquete. Esto también es normal, es normal que los niños cada vez sean más bélicos y que terminen por matar a la abuela, que sean cada vez más machistas, maten a las mujeres o que sean los típicos tios que van de puticlub en puticlub, bueno "casa de citas" como le dicen los más refinados. Basura, puta basura, no me cansaré de decirlo.
Llega la cena de navidad y ves esos malditos programas que echan del año la pera, pequeños cortos de series de cuando tus padres tenían tu edad, y que siempre te preguntas porque no son retransmitidos más veces al año, ¿Será que ponen siempre el mismo, el día de navidad, y no lo repiten para que no nos acordemos? Este año lo grabaré, así estoy entretenida mientras mi madre se harta de cocinar, para después ponernos morados de comida, comida que serviría para combatir con el hambre en el mundo, comida que después pasas comiendo los tres días siguientes y que te propones que después de navidades te pondrás a dieta.
La cena como no puede ser peor es en tu casa, ¿no podría tocarle a otro? ¿como se rifa esto? ¿Lo rifan los padres cuando ya están todos los niños dormidos y le dan a mi madre la papeleta trucada? Bueno pues no se como todos los años me toca a mi, en mi casa, es espléndida la cara de tu tataratío que llega de las américas, dispuesto a contarte cualquier milhoja con tal de que le des una gamba o una loncha de jamón, tu prima prostituta que desapareció en combate con su novio hippie allá por los 80's y que casualmente "vuelve a casa por navidad" .Que bonito todo, de verdad...
Después llega tu madre con su cara, una cara normal, y como ya no crees en los reyes magos, te pregunta, ¿Que quieres por navidad?, tú con todo el cariño del mundo le contestas:  "No quiero ni primas putas, ni quiero el mejor banquete para cenar, tampoco quiero que me regales un iphone 4, ni quiero una reflex, me conformo con ser una familia normal, que cena algo normal, ni mucho ni poco, que cuando acaban de comer cogen las panderetas, la zambomba, y mil instrumentos más, desgastados y faltos de alguna pieza del tiempo que llevan con nosotros, guardados año tras año, y se ponen a cantar villancicos. Quiero cenar con mi familia, con la que veo día a día, no quiero que nadie, "vuelva a casa por navidad", eso no cuela, quiero hacer una candela en la calle como los antiguos, porque esa si eran unas navidades, esas eran las verdaderas navidades, ahí se vivía el calor de las familias verdaderas, sin tapujos y sin tantos trapos sucios que se sacan cuando todos tienen unas copitas de más, y no pueden faltar las pullitas que se sueltan después y el ambiente tenso, pero mamá, sobre todo, y lo más importante, quiero que los abuelos se sienten este año con nosotros a cenar".



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