Mirar al cielo y ver tu cara reflejada en las nubes, cambiar la vista y que seas deslumbrada por los rayos del sol. Cerrar los ojos, para volver a abrirlos.
Esta es la nueva vida, la de verdad. Una lágrima corriendo por tu mejilla, que te indica que no eres feliz, y te das cuenta de que sí, esta es la verdadera realidad y que él ya no está aquí...
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