Era ella a la que le daba ese ráfaga de felicidad que te podía cambiar el día. La que siempre que te ve se le para el corazón. Ella, que se reía con tus mil tonterias. La que te besaba, despacio, deprisa, arriba y abajo, la que no le importaba lo que pensaran los demás de tí. La que se imaginaba día a día un futuro contigo. Era la que lloraba porque te quería y no podía verte con otra. La que te escuchaba sin nisiquiera tener que expresarte, la que con solo una mirada sabía lo que pasabas. Era ella la que podría haberte llevado a las estrellas en una milésima de segundo. Dispuesta a hacer todo por tí. Ella, que le encantaban tus defectos y cuando te enfadabas. Era ella la que te dedicaba las noches y los días; los veranos y los inviernos; los sueños y la puta realidad.
Ella sabe que sois todo lo contrarío, que ella no se preocupa siquiera por su presente, y él ya piensa en su futuro y recuerda su pasado, Él era el sur y ella hacía mucho que había perdido el norte.
Es ella a la que le has hecho daño y la que ha sufrido
Pero ahí está, siempre que hablas, mirandote como una idiota, y enamorada de tí hasta las trancas.
¡Ah! Se me olvidaba decirte... Que esa chica de la que llevamos hablando toda la tarde, era yo.