Se que de alguna manera
sientes algo por mí, pero siempre me dejas con alguna duda, y eso es lo
que hace que yo te quiera, creo que incluso cada día más, aunque a veces me
haces que me cuestione tu cariño hacia mí.
Tu sonrisa me hace más segura, esa pequeña sonrisa que me
ilumina el día por momentos, que me hace perder la compostura. Tus labios,
carnosos y suaves, que hacen que nunca pueda parar de besarte, esos besos
pequeños e interminables. Tu cuello que me vuelve loca, tu pelo rizado, tus
pequeñas orejas y las arruguitas de tu frente.
A pesar de que cuando te veo me dedicas siempre una sonrisa
deslumbrante, a veces siento como si me costara hacerte sonreír, y eso es lo
que me hace parecer insegura, insegura de mis posibilidades contigo.
Y me es muy, pero que muy difícil no mencionar tus ojos, ya
que a cualquier persona le gustaría haberse mirado ante unos ojos como los
tuyos, marrones casi negros, que hacen que cada vez que me refleje en ellos
sienta que te amo y que no quiero que dejen de mirarme nunca, que es como si te
hicieran parecer más guapa. Ya sabes lo que dicen, que una mirada vale más que
mil palabras, y tus palabras no se quedan atrás, por que tienes cada expresión,
cada ocurrencia que me recorren el cuerpo en un escalofrío infinito.
Admiro lo curioso que eres y como quieres aprender de mí,
cuestionándomelo todo con un “¿Por qué?”.
También por admirar, admiro tu forma de pensar, tu madurez
tan sabia, y a la vez la inmadurez para tomar decisiones, tu fuerza para
soportar los cambios, para haber salido de todos tus problemas. Desde fuera
pareces una persona simple, que se dejaba conocer, pero cuando empecé a
adentrarme en tu vida, me di cuenta de que nada era como parecía, y que las
cosas son más difíciles de lo que parecen.
Hay gestos que te hacen especial; que nos hace especial. El
simple echo de que me muerdas el labio, o sentir tu lengua dentro de mi boca me
hace sentirme especial, pero que recorras la casa detrás mía, protegiéndome y
agarrado a mí cintura hace de mi la persona más especial del mundo.
Esos besos desde atrás y el hablarme al oído muy, muy
bajito.
Es curioso como una persona que estaba en tu vida, pero que
solo la tomabas como un conocido, con el que solo hablas alguna rara vez, se
convierta de un día para otro en algo esencial en tu vida y que no sabrías
vivir sin el. Quiero descubrir mi mundo contigo.
Y aunque ahora mismo sienta que no te comprendo a veces, se
que son tiempos difíciles, incluso para mí, la persona feliz de por vida, la
persona que no se venia abajo nunca, me estoy dando cuenta de que mi estado de
ánimo me afecta dependiendo de cómo estés tú, de cómo te haya ido el día y de
cómo me trates en ese momento.
Pero también por otro lado, se que aunque me infravalores,
aunque no me trates tan bien como yo quisiera, se que dentro de mi alma algo me
dice que no puedo rendirme y que si lucho por esto conseguiré volar, tocar el
cielo contigo.
Que se que todo lo bueno ha llegado rapidísimo y fácilmente,
pero se que ahora esto no va a ser nada fácil, es decir, que me lo voy a tener
que trabajar día a día, pero si consigo lo que quiero no me va a costar mucho,
porque es por ti, por mi vida, por alguien a quien quiero y que no quiero dejar
marchar.